Tropiezos.

3-1-02

El blanco tiene olor a jazmín.
El blanco tiene olor a luna.
La luna suspira fragancias de noche solitaria.

Cuando voy por el camino,
Y pienso en la luna,
Me olvido del mundo.
Y si el mundo tuviera la forma de la luna?

Cuando voy por el mundo,
Y pienso en la luna,
Me olvido del camino.
Y si la luna fuera un camino?

Para encontrar la luna
En el transcurso del camino
Es preciso torcer el destino.

Para encontrar una luna
En cada ojo
Es preciso olvidar.

Para encontrar la sorpresa en las cosas del mundo
Es preciso tropezarse con la luna.

L.L.

Imágen: Bobesh

ARTE POÉTICA 1974

Poesía

Perdóname por haberte ayudado a comprender que no estás hecha sólo de palabras.

Roque Dalton.

Algún día...

15.

Escribir un texto
y dejarlo abandonado en la página.

No volver a leerlo,
no mostrarlo a ninguno,
no enviarlo a parte alguna.
Que quede en su reposo de texto.

Y dejar que allí encuentre su lector,
como todos los textos lo encuentran.

También el que llevamos escrito adentro
y nos parece imposible que alguien pueda leer.


Roberto Juarroz. Decimocuarta poesía Vertical. Fragmentos Verticales.
Imágen: Heba.

La noche

Cierro los ojos frente a la noche
y los árboles inmensos que oscilan bajo la luna.

Junto a esta fuente vuelven
los extraños recuerdos;
oh mirad cómo pasan cada vez más brillantes
y se confunden entre las bellas nubes
y los sonidos suaves de las constelaciones!


J. R. Wilcock. Los hermosos días.

No hay vuelta atrás.

31

¿ Cómo saber qué abre una puerta al cerrarse?


89

De ningún viaje se vuelve.


Roberto Juarroz. Decimocuarta poesía vertical. Fragmentos verticales.

CANCIÓN PARA TODAS LAS QUE ERES

No solo el hoy fragante de tus ojos amo

sino a la niña oculta que allá dentro

mira la vastedad del mundo con redondo azoro,

y amo a la extraña gris que me recuerda

en un rincón del tiempo que el invierno ampara.

La multitud de ti, la fuga de tus horas,

amo tus mil imágenes en vuelo

como un bando de pájaros salvajes.

No solo tu domingo breve de delicias

sino también un viernes trágico, quien sabe,

y un sábado de triunfos y de glorias

que no veré yo nunca, pero alabo.

Niña y muchacha y joven ya mujer, tú todas,

colman mi corazón, y en paz las amo.

Eliseo Diego. Poeta cubano.

Imagen: Markiska